30 Oct El Ferrol, la Bahía que se resiste a morir
Escribe Percy Grandez Barrón / Abogado especialista en Derecho Ambiental
Cuando se habla de Chimbote, inmediatamente se le asocia como una ciudad contaminada. Es común escuchar: “Si estás viajando hacia el norte, y sientes un mal olor, es porque estás pasando por Chimbote”.
Sin embargo, la principal contaminación que existe en Chimbote, no es la del aire, que se produce por las emisiones de las fábricas pesqueras; sino la del mar, que se origina por un sinfín de agentes contaminantes. La contaminación del aire en Chimbote es fácil percibirla. Basta con ingresar a la ciudad para darse cuenta de ello. En cambio, con el mar no sucede lo mismo. Para darse cuenta de la contaminación, es necesario visitarla.
Es así que hace 4 años, decidí conocerla. Y lo que encontré no fue una playa, sino un botadero. Al caminar por la poca orilla que queda, lo que encuentras son lobos marinos muertos, residuos de la construcción, desechos arrojados por los pescadores, tuberías que impiden el libre tránsito, entre otros agentes contaminantes que hacen de la Bahía El Ferrol un buen ejemplo de desarrollo insostenible.
Tuberías instaladas sobre la orilla que impiden el libre tránsito por la Bahía El Ferrol.
Un poco de historia
En la década de los 50, Chimbote era reconocido por tener una de las más hermosas bahías de la costa peruana. Era un lugar con mucho potencial turístico. Era el orgullo de los chimbotanos. Existía, incluso, un hotel de turistas, al cual llegaban muchos extranjeros para veranear. Por su biodiversidad marina y singularidad de su paisaje, la Bahía era una zona recreativa que permitió establecer un vínculo muy fuerte con los pobladores de Chimbote.
En la década de los 60 esta historia empieza a cambiar. Se instaló una empresa siderúrgica, así como grandes empresas pesqueras. Pasado unos años, Chimbote se convirtió en el principal puerto pesquero del mundo. Y fue así, que el aprovechamiento sostenible y turístico de la Bahía, fue remplazado por el aprovechamiento desmesurado de los recursos pesqueros.
El auge económico de aquél entonces, trajo consigo un rápido crecimiento poblacional. La ciudad creció de manera desordenada y sin planificación urbana. Hoy en Chimbote habitan más de 370 mil personas. Y las aguas residuales domésticas que estas generan, se vierten directamente a la Bahía El Ferrol, sin tratamiento alguno, pues aunque parezca increíble, Chimbote no cuenta con una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.
Todo esto ha generado que, hoy, a la Bahía ya no se le conozca como una de las más hermosas del país, sino como una de las más contaminadas del Perú, lo cual ha repercutido negativamente en el grado de identidad de los ciudadanos de Chimbote, a tal punto que ya no viven frente a la Bahía, como sucedía antes, sino a espaldas de esta.
Hotel de Turistas, al cual llegaban muchos extranjeros para veranear. FOTO: Rómulo Loayza Aguilar
Calidad Ambiental de la Bahía El Ferrol
La Bahía El Ferrol es una bahía semicerrada. Esto genera que las masas de agua tengan una mayor permanencia en la bahía, lo cual dificulta que las aguas del medio marino tengan una rápida depuración. Ahora bien, esta Bahía no solo soporta los contaminantes provenientes de la ciudad de Chimbote y las actividades pesqueras que se realizan en ella; sino que también soporta los contaminantes producidos en otras ciudades, toda vez que en esta Bahía desemboca el río Lacramarca, el cual arrastra todos los contaminantes que se descargan a su paso.
En este río se descargan residuos sólidos y líquidos provenientes de las actividades industriales, domésticas y de origen agrícola. Algunos de estos son, por ejemplo, las sustancias químicas, los fertilizantes, los pesticidas, entre otros contaminantes. Según el último monitoreo de la calidad del agua en la Cuenca del río Lacramarca, realizado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en el 2016, el agua de este río no cumple con los Valores ECA para el riego de vegetales; sin embargo, la mayoría de agricultores suelen captar el agua de dicho río para el riego de sus vegetales que luego son vendidos en los mercados de Chimbote.
La Bahía El Ferrol es el último depositario de los contaminantes. Las actividades que se producen en la tierra (ya sea en espacios urbanos o rurales) son las que impactan, finalmente, en el mar. Los ríos y desagües arrastran la carga contaminante que se produce en la zona urbana y agrícola, para finalmente, todo terminar en la Bahía.
Según el “Informe de Desempeño Ambiental del Perú”, presentado en el 2016 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mar de Chimbote es el que presenta los valores de coliformes totales y termotolerantes más altos del país, muy por encima de los estándares de calidad ambiental establecidos. ¿Y quien es el principal perjudicado con todo esto? No solo el medio marino, sino sobre todo, la población que vive cerca de la Bahía o consume los pescados que se extrae en ella.
Como se habrá podido percatar, la Bahía El Ferrol es un ecosistema que se encuentra altamente contaminado. No obstante, en verano, las personas (sobre todo, los niños) suelen ingresar a estas playas, sin precaver en dañar su piel o sufrir diversas enfermedades, como por ejemplo, diarreas, conjuntivitis, dermatitis o intoxicaciones. Sonia, una vecina humilde del barrio de La Florida me cuenta: “cada verano, después de jugar en la playa, mis hijos regresan a casa con dolor de estómago, ardor en los ojos o irritación en la piel. Aquí no hay ningún cartel que advierta que estas playas están contaminadas”.
Otro aspecto preocupante es el consumo de los pescados extraídos en la Bahía El Ferrol. Casi en la orilla de la playa, muy cerca de las tuberías por donde se vierten las aguas residuales domésticas, se aprecia diariamente la pesca de pejerrey, lisa, entre otros recursos hidrobiológicos. A pesar de que estos peces se extraen de un cuerpo marino altamente contaminado, es normal observar que estos terminen en la mayoría de hogares y restaurantes de Chimbote.
Así luce la orilla de la Bahía El Ferrol. Lleno de residuos sólidos arrojados por los pescadores artesanales, que nos son devueltos por el propio mar. FOTO: Percy Grandez Barrón.
¿Cómo se encuentra ahora la Bahía?
Hace 2 semanas decidí visitar nuevamente la Bahía El Ferrol. Regresaba con la esperanza de encontrarla mejor de como la vi hace 4 años; sin embargo, grande fue mi sorpresa al percatarme que no había cambiado mucho. No obstante, debo resaltar que me alegró conocer que la mayoría de empresas pesqueras ya disponían sus efluentes industriales fuera de la Bahía. Eso fue lo único positivo que encontré. Lo demás, seguía en iguales o peores condiciones.
Personalmente, considero que para solucionar los problemas de contaminación en la Bahía El Ferrol, no solo se requiere de la intervención del Estado, sino también de una activa participación de la ciudadanía. Sin embargo, un problema recurrente es que la población tiene dudas o no conoce cuál es la entidad ante la cual tiene que acudir para exigir que se cumpla con fiscalizar una determinada actividad. En este sentido, a continuación, se señalan cuáles son las entidades ante las cuales podemos acudir para denunciar cualquier tipo de contaminación que se produzca en la Bahía.
La principal fuente contaminante: Las aguas residuales domésticas
Hasta hace algunos pocos años, la principal fuente contaminante de la Bahía El Ferrol era la industria pesquera. En cambio, ahora, este problema ya está siendo controlado. Actualmente, el principal foco de contaminación son las aguas residuales domésticas.
En Chimbote, los efluentes domésticos se vierten dentro de la Bahía, y sin tratamiento alguno. La entidad responsable de la prestación del servicio de saneamiento es la Municipalidad Provincial del Santa, a través de la EPS Sedachimbote.
Ya en el año 1998, el entonces Programa Nacional de Agua y Alcantarillado (PRONAP) afirmó que la Bahía El Ferrol era el espacio marino más contaminados del Perú. Han pasado 19 años, y lamentablemente, esta cruda realidad aún persiste. Es, realmente, inconcebible que una ciudad tan poblada como Chimbote no cuente con una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, por lo cual urge su pronta construcción y que estas aguas sean dispuestas fuera de la Bahía.
¿Ante qué Entidad podemos acudir? En materia ambiental, la fiscalización es ejercida por el Ministerio de Vivienda, la Capitanía de Puerto de Chimbote y la Administración Local del Agua Santa – Lacramarca. La primera, debe de supervisar que Sedachimbote cumpla con tratar sus aguas residuales y no exceda los Límites Máximos Permisibles para Efluentes. La segunda, debe supervisar que la tubería por la cual se descarga el agua residual cuente con el derecho de uso de área acuática correspondiente. Y finalmente, la tercera, debe supervisar que la descarga del agua residual cuente con la autorización de vertimiento respectiva. Si esto no sucede, cada una de estas Entidades puede imponer la sanción correspondiente contra la EPS Sedachimbote.
Uno de los 14 puntos por los cuales Sedachimbote descarga las aguas residuales domésticas, sin tratamiento alguno. FOTO: Percy Grandez Barrón
La Pesca, ¿qué entidades deben fiscalizarla?
Anteriormente, los principales contaminadores de la Bahía fueron los establecimientos industriales pesqueros (EIP), pues disponían sus aguas residuales industriales dentro de la Bahía El Ferrol, sin tratamiento alguno.
En cambio, desde mayo del 2015, la mayoría de fábricas pesqueras ya se encuentran conectadas al emisor submarino y sus efluentes pesqueros se disponen fuera de la Bahía. Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), actualmente, de los 48 Establecimientos que desarrollan actividades de procesamiento industrial pesquero para consumo humano directo e indirecto, 30 ya se encuentran conectadas al emisor. La fiscalización ambiental de todas estas empresas corresponde realizarla al OEFA, independientemente si están o no conectadas al emisor. Por su parte, las actividades de procesamiento artesanal corresponden ser supervisadas por el Gobierno Regional de Ancash.
Otro de los contaminadores de la Bahía son los pescadores artesanales, quienes arrojan sus desechos al mar (vísceras, tecnoport, bolsas de plástico, etc). Estos deben ser fiscalizados por el Gobierno Regional de Ancash. Por su parte, la contaminación ambiental por parte de las embarcaciones que realizan actividades de extracción marítima de mayor escala debe ser supervisada por el Ministerio de la Producción. Sin perjuicio de ello, la Capitanía de Puerto de Chimbote también debe realizar acciones de fiscalización a fin de resguardar que ambas actividades no afecten el medio marino.
Finalmente, todas las empresas de procesamiento pesquero que cuenten con instalaciones acuáticas (por ejemplo, tuberías), deben contar con el derecho de uso de área acuática respectivo otorgado por la Dirección General de Capitanías y Puertos (Dicapi), así como la autorización de vertimiento respectiva otorgada por la Autoridad Nacional del Agua. De lo contrario, esto constituye una infracción pasible de sanción (multa) y medida administrativa (cierre de la tubería).
La Bahía cubierta de pescadores artesanales, quienes suelen arrojar sus desechos directamente en la Bahía. FOTO: Paul Alejandro Meza.
¿Quién fiscaliza el arrojo de los residuos sólidos?
Por varias zonas de la Bahía El Ferrol es muy difícil caminar. En la orilla abundan residuos de la construcción y la demolición. Este tipo de residuos deben ser dispuestos en escombreras; sin embargo, como la Municipalidad Provincial del Santa no cuenta con este tipo de infraestructuras, dichos residuos suelen ser arrojados en la vía pública o en la Bahía El Ferrol.
Frente a este tipo de conductas, la propia Municipalidad podría sancionar a quienes dispongan sus residuos de la construcción provenientes de obras menores. Por ejemplo, si se tratase de unas pocas bolsas de tierra. En cambio, si los residuos de la construcción proceden de una obra de mayor envergadura (por ejemplo, un condominio o un centro comercial), el ente responsable de ejercer la fiscalización ambiental es el Ministerio de Vivienda.
Niños caminando con dificultad por la costanera, en medio de los residuos de la construcción y la demolición de viviendas. FOTO: Percy Grandez Barrón.
Otros tipos de residuos que suelen encontrarse en la Bahía, son los residuos domiciliarios. Lamentablemente, estos suelen ser arrojados por las personas que habitan cerca de la Bahía. La entidad responsable de la prestación del servicio de limpieza pública es la Municipalidad y esta debe garantizar el recojo de los residuos en los horarios establecidos. En caso que los ciudadanos dispongan sus residuos en la Bahía, la Municipalidad podría imponerles la sanción respectiva.
Sin perjuicio de ello, la Capitanía de Puerto de Chimbote también puede sancionar, tanto a los que dispongan residuos domiciliarios, como a quienes dispongan residuos de la construcción en la Bahía. Esto debido a que la jurisdicción de la Capitanía no solo abarca el medio marino, sino también la franja ribereña, es decir, la orilla de la playa.
Una Bahía intransitable, llena de residuos domiciliarios y de la construcción. FOTO: Percy Grandez Barrón.
Así lucen varias de las calles de Chimbote. FOTO: Percy Grandez Barrón.
Enfrentados por el Pescado
Un escenario común en la Bahía El Ferrol es observar pelícanos y lobos marinos muertos en la orilla. Estos mueren por diversas causas: enfermedades parasitarias, enredos con las redes de los pescadores, ingesta de basura (por ejemplo, bolsas de plástico), entre otras causas.
Sin embargo, se conoce que la principal causa de estas muertes no es natural, sino que es originada por la mano del hombre. Los pescadores y los lobos marinos luchan por un mismo recurso: el pescado. Los pescadores artesanales se han convertido en enemigos de los lobos marinos, puesto que estos rompen sus redes para consumir los pescados capturados. Esto origina que los lobos marinos sean asesinados por los pescadores. Los envenenan, les arponean, o los matan a golpes (con palos o piedras).
Los pelícanos son otras de las víctimas de los pescadores artesanales. FOTO: Paul Alejandro Meza.
Otra causa de la muerte de los lobos marinos (sobre todo, los bebés), es el hambre. Estos dependen exclusivamente de pescados, como la anchoveta. Sobre este recurso existe una sobreexplotación por parte de la pesca artesanal y la pesca de mayor escala. Los pescadores artesanales lo extraen para venderlo en los mercados. Y las grandes embarcaciones lo extraen para convertirla en harina y aceite de pescado, y luego exportarla para la alimentación de cerdos y aves de corral.
¿Qué entidad debe velar por la protección de las especies de la fauna silvestre, como por ejemplo, los lobos marinos? El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), a través de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) de Ancash. Por su parte, la Capitanía de Puerto de Chimbote también debe de realizar labores continuas de patrullaje para intervenir a las embarcaciones que realizan pesca ilegal, quienes en su mayoría, son los principales sospechosos de atacar a los lobos marinos.
Asimismo, debe intervenir la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental del Santa, así como la Procuraduría Pública Especializada en Delitos Ambientales, toda vez que, la matanza de un lobo marino constituye un delito ambiental. El Código Penal establece que la caza ilegal de la fauna silvestre se castiga con pena privativa de la libertad de 3 a 5 años. Al respecto, el Artículo 5º del Reglamento de Gestión de Fauna Silvestre define a la caza como la acción y/o intento de matar o disparar a un animal silvestre. Además, debe considerarse que de acuerdo a lo prescrito en el Decreto Supremo 004-2014-MINAGRI que aprueba la lista de las especies amenazadas de la fauna silvestre, al lobo marino se le ha clasificado como una especie vulnerable.
Finalmente, cabe precisar que, otra entidad que tiene un rol importante es el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), pues debe encargarse de realizar estudios para determinar el número de varamientos, así como investigar las causas de la muerte de los lobos marinos; sin embargo, a la fecha, en Chimbote no se cuenta con información ni cifras oficiales sobre el tema.
Dos Lobos Marinos muertos frente al Malecón Grau, uno de los sitios más visitados de la Bahía El Ferrol. FOTO: Percy Grandez Barrón.
Buzos juntos a un lobo marino en la Bahía El Ferrol. Un señor mirando a los lobos muertos, me comenta, con amargura: «Mientras que en Paracas protegen a sus lobos marinos, porque son su principal atracción turística. Aquí, en Chimbote, los matamos. No valoramos lo que la naturaleza nos dió». FOTO: Paul Alejandro Meza.
Identidad despojada
En el año 1881, el poeta José Martí expresó que “la actividad humana es un monstruo que cuando no crea, devora”. En esta frase se puede resumir lo sucedido en Chimbote, ciudad que basó su crecimiento en una pesquería descontrolada.
A Chimbote le despojaron la identidad. Se devoraron la identidad de un pueblo. Hicieron que pasase desapercibido una hermosa Bahía que no cualquier ciudad costera tiene. Por eso, hoy la ciudad sufre las consecuencias de esta falta de visión de futuro.
La Bahía El Ferrol forma parte de la historia e identidad de Chimbote. La identidad está íntimamente relacionada al entorno en el que una persona nace o crece. La identidad es una identificación con la cultura, con la historia, con las vivencias. Para sentirse identificado con un territorio, hay que sentirse identificados con su ambiente, con su clima, con su paisaje. Tan igual como es la identidad de una comunidad nativa que creció junto a un río; o una comunidad campesina que creció junto a un lago; lo mismo lo es para una comunidad costera que creció junto al mar.
Isla Blanca, Bahía El Ferrol. FOTO: Paul Alejandro Meza.
¡Por la Recuperación de la Bahía!
La Bahía El Ferrol tiene un gran potencial turístico que se tiene que aprovechar de manera sostenida. Solo así, se logrará que nuevamente esta Bahía sea el símbolo de los pobladores de Chimbote. Para recuperarla y volverla nuevamente atractiva, se requiere, primero, detener la contaminación. Todas las fábricas pesqueras deben disponer sus aguas residuales industriales fuera de la Bahía. Y la Municipalidad Provincial del Santa, en coordinación con el Ministerio de Vivienda, debe agilizar el inicio de la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Domésticas.
La Dicapi debe fortalecer su presencia en el litoral marino. Asimismo, debe disponer el retiro de las tuberías y muelles abandonados. Además, en cumplimiento del Decreto Legislativo Nº 1147, debe disponer el enterramiento de las tuberías instaladas sobre la superficie terrestre, que impiden el libre tránsito de las personas y afecta el medio paisajístico de la Bahía.
Luego, se debe procurar recuperar la Bahía, adoptando una serie de medidas como el dragado de los sedimentos y los lodos acumulados en el fondo marino de la Bahía.
Finalmente, la Municipalidad Provincial del Santa debe devolver la Bahía a los ciudadanos. Se debe establecer un nuevo modelo de desarrollo urbano sostenible. El malecón debe ser transitable. Debe propiciarse que los pobladores concurran y disfruten de la Bahía. Debe establecerse un circuito turístico, aprovechando así, las bellezas naturales de la península El Ferrol.
Una perla en Chimbote, la Caleta Colorada. FOTO: Paul Alejandro Meza.
La Poza, Península El Ferrol. FOTO: Yolanda Cadenillas
A pocos metros de la Bahía El Ferrol se ubican los Humedales de Villa María, los cuales se encuentran descuidados y suelen afectarse por los frecuentes incendios que se producen al interior de este refugio de vida silvestre. A fin de garantizar la conservación de este importante ecosistema y proteger a las aves migratorias que llegan desde muy lejos hasta este lugar, el Gobierno Regional de Ancash debería promover ante el Ministerio del Ambiente su reconocimiento como Área de Conservación Regional.
Flamencos en los Humedales de Villa María. FOTO: Paul Alejandro Meza.
La Bahía El Ferrol es una perla que debe de cuidarse y protegerse. La protección del ambiente es una tarea de todos los ciudadanos. Cada persona que sea testigo de algún hecho que afecte el ambiente o su fauna silvestre, debe denunciarlo y comunicarlo a las autoridades competentes. Y sobre todo, debe vigilar que estos cumplan con realizar sus funciones de fiscalización ambiental de manera oportuna y efectiva.
Y claro, también debemos de hacer una autocrítica. La Bahía no solo la contaminan “otros”, sino también nosotros mismos. Y frente a esta conducta, debemos de cambiar de hábitos, como por ejemplo, comenzar por no arrojar nuestros residuos domiciliarios al mar, ni permitir que otros lo hagan.
Si realizas actividades de pesca artesanal, la recomendación es la misma: no contamines el mar utilizándolo como tu botadero. Ese pescado que extraes, finalmente, lo consume un familiar tuyo. En esa playa que contaminas, finalmente, se baña algún sobrino tuyo. Ese lobo marino que proteges y no lo matas, quizá mañana más tarde, habrá contribuido a que un familiar tuyo viva del turismo.
La tarea de proteger y recuperar la Bahía El Ferrol no solo es un compromiso de las entidades públicas, sino de la población en general. Por ventura, cada vez son más los ciudadanos que se involucran activamente en la protección del espacio en el crecieron. Uno de ellos es un colectivo ciudadano denominado “Chimbote de Pie”, creado hace 3 años por dos mujeres, quienes desde su espacio, están contribuyendo a que la Bahía cambie de rostro.
Si eres o vives en Chimbote, sé parte de ese cambio de rostro que la Bahía necesita. Imagina a tus hijos bañándose en una Bahía limpia, sin efluentes domésticos ni pesqueros. Imagínalos caminando en un malecón sin basura, sin residuos de la construcción, sin tuberías que impidan el libre tránsito, sin lobos marinos muertos en la orilla. Esto puede ser posible. Pero para recuperar la Bahía, antes se necesita recuperar la identidad. Lo cual implica dejar de lado la indiferencia y de vivir a espaldas de una hermosa Bahía que requiere ser protegida por toda la ciudadanía.
Solo así, se podrá volver a entonar con orgullo las hermosas notas del himno de Chimbote: “Amanece el sol radiante en la Bahía. Un navío se divisa en alta mar. Es mi puerto comenzando un nuevo día, es Chimbote que empieza a despertar”.
¡Despierta, Chimbote! No permitas que muera la Bahía. Ya es momento de recuperarla. Por la Madre Mar, por ti, y por tus hijos.
«Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño e integridad, piensen en ti» (Jackson Brown). FOTO: Paul Alejandro Meza.
Vista panorámica de la Bahía El Ferrol