18 Oct [Opinión] Energía, ¿hacia dónde vamos?
Escribe Pedro Gamio / Exviceministro de Energía
En el Perú, aún tenemos una fuerte dependencia del petróleo, llega al 72% de la energía que consumimos. Esto no es coherente con nuestro potencial y muestra ineficiencia, no solo desde la perspectiva del cambio climático, la estrategia de mitigación y la sostenibilidad, sino de la competitividad del país. De nada servirán los 21 tratados de libre comercio, si nos exigen la certificación de huella de carbono en los productos que exportamos.
Hoy, la tecnología renovable más económica es la solar fotovoltáica, la eólica tiene un potencial de tres veces la demanda actual con costos de generación competitivos, y la geotermia representa una gran oportunidad para el sur, pues tiene la ventaja de darnos energía las 24 horas del día; un potencial no aprovechado. A decir de Irena (Agencia Internacional de Energía Renovable), “en América Latina se han identificado diseños de políticas innovadoras, en particular los que combinan las subastas con otros mecanismos de regulación”.
Hoy, tenemos una temporal sobreoferta eléctrica, pero al 2021 necesitaremos más energía y no toda la generación sobrante es eficiente: el nodo energético del sur, a donde aún no llega el gas, suma 1,500 MW de generación con diésel.
Tenemos un retraso en el gasoducto de al menos cinco años, por el incumplimiento del contrato y la necesidad de asegurar oferta y demanda de gas, para que sea viable. Esto nos abre un espacio a la mayor participación de renovables alternativas, si hay voluntad política. La oferta de generación del país depende básicamente del gas natural y la hidroenergía, esto no garantiza seguridad, por los impactos del cambio climático en los caudales, la mayor incidencia de desastres naturales y la vulnerabilidad de depender de un solo gasoducto.
El precio del gas es artificialmente más bajo para el sector eléctrico, distorsionando el mercado de costos marginales, lo que debe ser corregido. Tenemos precios muy competitivos en la generación renovable, condición que no se aprovecha. El mundo invierte en energías alternativas dos veces más que en generación térmica y cinco veces más que en hidroelectricidad. El no tomar decisiones, evidencia que nos está faltando planeamiento estratégico en el sector. Además de la presión de los lobbies, que no faltan.
Urge el Plan Nacional de Energías Renovables, que es un mandato del Decreto Legislativo 1002, para avanzar en seguridad climática. Para el año 2030, el Perú debe lograr una matriz con no menos del 20% de renovables alternativas (en el 2018 llegaremos al 4%).
Debemos y podemos cumplir el Acuerdo de París, tener menor huella de carbono y menores costos. Muchas empresas tienen claros estos conceptos, pero algunos funcionarios requieren un cambio de “chip”. Las renovables o RER influyen en la diversificación productiva, abaratan costos, mejoran la conectividad, generan inversión, infraestructura y trabajo descentralizado. Las RER permiten a miles de pueblos aislados acceder a la energía y su uso contribuye a reducir la desnutrición. Con renovables hay resiliencia frente al cambio climático.